Miami, 2022

14.06.2021

Queridas/os,

Hace tres meses que hice la última entrada a este blog. Ahí explicaba que escribiría a partir de entonces historias de ficción para poder hablar desde el corazón, al corazón. Sin embargo, han ocurrido tantas cosas en estos últimos tres meses que no puedo dejar de contarlas, reales como fueron: físicas, tangibles, y útiles. Así que por ahora no hay ficción Por supuesto a mí me ayuda sacar todo esto fuera pero eres tú, querida/o lector/a quien me conmueve cuando me cuenta que ha leído mi blog.

Voy a ser breve porque no deseo que ésta sea una historia interminable. Pero diré que los cinco últimos meses, después de mi operación de reconexión de intestinos o anastomosis, son los de una de las aventuras más duras de mi vida: aventura dolorosa, insidiosa, desconcertante, que ha causado cambios vitales radicales... En comparación, mi neurocirugía y quimioterapias anteriores palidecen. Pues eso, que visité el infierno y ya estoy de vuelta. ¿Qué hice? Esperar a que pasara la desesperación (no hay mal que cien años dure) mientras entendía que, en realidad, la historia global es hermosa. El próximo capítulo puede que sea hermoso, mientras que éste da un poco de miedo pero es entretenido. Y la madre de todas las fiestas va a estar en ese próximo capítulo. Organizo una fiesta. Ese es mi próximo capítulo. Volveré a esto al final.

Pero una fuerza aún mayor me ha sacado de ese hoyo en el que estuve y esa es el poder de la conexión (la compasión). Entre familiares y amigas/os, me gustaría mencionar a mi familia de CBCT en español, al menos así los llamo, incluyendo al grupo que está haciendo la formación de instructores y las voluntarias que guían las meditaciones que hacemos online. Si no sabes qué significa CBCT, puedes verlo aquí. Esas hermanas y hermanos me mantuvieron en mi silla, sin tener que correr al baño, durante horas en las clases y en un retiro durante el mes pasado. ¡Ese es el poder de la distracción y el poder del amor (que también es compasión)!

Siempre puedes darle la vuelta a todo, ya sabes, ser positivo, al mal tiempo buena cara y todo eso. ¿Pero no estoy aprendiendo yo algo? ¡Por supuesto! Tanto dolor y tanta desesperación me mostraron una rabia de la que no había sido totalmente consciente. Rabia contra mí mismo. Porque durante más de un año, después de dejar mi trabajo en la universidad, sentí que mi enemigo era el mundo entero. Sentí que todos hacíamos demasiadas cosas mal. Incluso las personas que más me importan pueden estar profundamente equivocadas. Y si este mundo no está a la altura de mis estándares, yo no estoy a la altura de ningún estándar. Lo que indica que llevo las cosas demasiado lejos: como decía Teresa de Ávila, hasta la virtud en exceso es dañina. Es cierto que la humanidad puede hacerlo mejor, pero... ¿puedo convivir con esta realidad, mientras me divierto, y luchar por más libertad, justicia y fraternidad, mientras me divierto? Cuando acepté por completo la verdad de que este mundo basurilla es todo lo que tenemos, un gran peso se me quitó de encima. Pude ver la divinidad en este mundo y la divinidad en mí mismo.

Sin la ira, después de haber aceptado la ira, vi que perder mi estatus, salario, poder, era exactamente lo que había querido, ¿por qué?, por hacer lo mejor para mi salud, para mí. Y la mejor noticia posible este año, aunque gané muy poco dinero (porque trabajaba menos y dormía más), es que en mi primer año como profesional independiente... ¡en realidad obtuve ganancias! Mantuve mis costos al mínimo, es cierto, alquilando mi lugar en Atlanta mientras vivía con mi hermana en España, donde también disfruté de la increíble solidaridad del sistema de este país para los ciudadanos españoles. Gracias España, esto nunca lo olvidaré. Conexión es de nuevo la palabra, no solo con mis conciudadanos españoles, también con otros amigos queridos que me han apoyado y ayudado a ahorrar dinero, como unos de Estados Unidos que me compraron un billete de avión para visitar Atlanta.

En este viaje a Atlanta fui a uno de esos bailes llamados "ecstatic dance" organizados al aire libre y... ¡bailé! Me quité la camiseta como solía hacer en los viejos tiempos, solo que ahora tenía una bolsa conectada a una ileostomía... Pero tendré que dejar los detalles de esta última historia para otro post porque estoy llegando al final de éste y no he contado nada de la fiesta. La fiesta, queridas/os amigas/os, es mi flor de loto... la que surge de la m*erda. Dada la caca que he visto y sentido en las últimas semanas, no puedo imaginar la belleza que va a surgir. Pienso volar tan alto como el cielo me lo permita. En Miami, en abril de 2022. Una fiesta. Estoy conectando amigos con amigos con millas aéreas o que viven en Miami. Todos estáis invitados. Así es cómo sé que la historia tiene un próximo capítulo que merece la pena. Lo estoy escribiendo yo. ¿Cuál es el próximo capítulo que te gustaría en tu historia?

Foto: Mehuín, Chile. Cortesía de mi buen amigo, Hector Losada